Te comparas con ese ser espectacular que comparte tus días y hay algo que te hace pensar o sentir que no estás a su altura.
Consideras que es superior a ti o que tiene más que tú en varios aspectos (ya sean materiales o intangibles).
Si la pregunta recurrente aparece en tu mente una y otra vez: ¿por qué me elegiste a mí?, déjame decirte que tu baja autoestima te está jugando una mala pasada.
Te encuentras en sinnúmero de ocasiones intentando averiguar por qué te ha elegido, qué ha visto en ti, si no te dejará por alguien mejor o con más atributos que los tuyos.
Por alguna razón que ni vale la pena averiguar, piensas que estás en inferioridad de condiciones y esta es la impronta en la que estás basando tu relación de pareja (seguramente, ya te estás dando cuenta de que nada muy bueno puede desarrollarse con cimientos tan endebles).
Y eres tú quien entiende que es pesada o desalentadora esta diferencia, ya que haber, las hay en toda relación entre dos personas:
uno es más guapo que el otro
uno tiene/gana más dinero
uno es más alto
uno es más delgado
uno tiene más estudios
uno es más joven
uno es más popular…
La lista es interminable.
Lo que acá realmente importa no es la clase de desemejanza que se presenta, sino tu percepción de ella. Cómo te hace sentir y reaccionar. Qué actitudes tomas por su influencia.
Entonces, cuando quieras saber por qué alguien te ha elegido para compartir lo bueno y lo malo, para cuidarte y protegerte, para que juntos miren hacia adelante y construyan algo hermoso, la respuesta, tan simple como real, es: por ser quien eres.
Deja de lado esas inseguridades que no aportan nada productivo a tu pareja (de hecho, van en desmedro de su progreso y también del bienestar de ambos), mírate al espejo con los ojos bien abiertos y date cuenta de que tienes muchísimas cualidades que te hacen un ser querible y elegible.
No somos perfectos (¡el ser que amas tampoco lo es!). Estamos conformados por un bagaje de virtudes y de defectos, de aspectos positivos y otros no tanto, todo lo que nos hace únicos, irrepetibles… e irresistibles.
Fuente: Mejora Emocional
Comentarios
Publicar un comentario