Dependencia Emocional: necesito demasiado a los demás….

¿Cómo las relaciones se pueden convertir en un problema?

Cuando somos niños, creamos un vínculo afectivo de dependencia emocional con las personas más cercanas, generalmente nuestros padres, o personas que vivan en la misma casa (ej. abuelos) en la adolescencia creamos esos vínculos con amigos, relaciones que nos ayudan a aprender y a crecer personalmente, y en la edad adulta, además en ocasiones creamos un vínculo especial con una pareja.

El PROBLEMA aparece cuando este vínculo se convierte en dependencia y nos impide desarrollarnos en la vida como seres independientes y libres; cuando esa dependencia nos lleva a “quedarnos en un segundo plano” en nuestra propia vida, dando más importancia a las necesidades, derechos y comportamientos de otra persona que a los nuestros.

Hay muchos ejemplos de personas que sacrifican ascensos, viajes, amigos, trabajos, porque a la pareja le ha ofrecido “el sueño de su vida” en otra ciudad, o porque “somos un equipo” y dispongo de lo mío por el bien de lo tuyo…. sacrificios o inhibiciones de deseos, objetivos incluso criterios y opiniones propias quedan relegadas a un segundo plano con tal de obtener o simplemente mantener el cariño que mi pareja siente por mi.

En realidad lo que se siente es un constante MIEDO AL ABANDONO, A LAS PÉRDIDAS, AL RECHAZO, A QUE ME DEJEN DE QUERER.

En definitiva, la Dependencia Emocional es el miedo a la libertad y se caracteriza por comportamientos sumisos, falta de confianza, dificultad en la toma de decisiones, inhabilidad para expresar desacuerdo y por un temor extremo al abandono, la soledad y la separación. Es la tirana encargada de construir nuestra prisión interior mediante alianzas con el miedo, la pasividad, la negación de la realidad y los sentimientos de culpa.
Componentes

MIEDO, ANGUSTIA INMEDIATA a hacer o decir algo que al otro no le guste, y que esa persona decida dejarles o retirarles su amor y su cariño, así que buscan continuamente complacerle, hacer lo que suponen que el otro quiere o desea. Intentan adivinar que es lo que le gustaría al otro en cada una de sus acciones, con el consiguiente riesgo de equivocarse, ya que por mucho que conozcamos a una persona, no sabemos que le pasa por la cabeza en cada uno de los momentos de su vida (muchas veces ni siquiera nosotros comprendemos nuestras acciones, así que será difícil controlar cada una de las reacciones del otro) pero aun así estas personas intentan hacerse expertas en controlar lo que el otro hace, adaptarse a las necesidades y deseos que creen que el otro tiene.

Este es un bucle donde nos obsesionamos por lo que creemos que alguien necesita o desea. Intentar adaptarse al otro y conseguirlo en algunas ocasiones hace sentir bien en el momento (se satisface al otro, se evita la pérdida de esa persona). Pero los dependientes progresivamente se sienten cada vez peor, ya que han renunciado, y siguen renunciando a sus sueños, sus ilusiones y han puesto toda su felicidad en que el otro sea feliz (suponen que si el otro es feliz, automáticamente yo soy feliz…error).

Aunque muy en el fondo la persona sabe que podría hacer algo para modificar la situación, el miedo a mostrarse y definirse es muy grande. Tanto miedo a los conflictos, tanto miedo a perder a esa persona… Cada día más miedos, ya que al evitar enfrentarnos a los miedos, cada vez se hacen más grandes… y la persona más pequeña.

INSEGURIDAD E INSATISFACCIÓN A LA LARGA: con el tiempo estas personas se encuentran muy mal en sus vidas. Aunque lleven tiempo intentando adaptarse al otro, o intentando que el otro se adapte, aunque sigan estando con la persona que deseaban, en el fondo no se sienten felices. No es como ellas pensaban….aunque cueste reconocerlo. A lo largo de su vida y de su relación han ido renunciando a tantas cosas materiales, y sobre todo personales, que a veces ni siquiera saben quienes son. Cada vez titubean más al tomar una decisión, son personas más inseguras, que necesitan que su pareja o los demás le digan si lo que ha pensado o hecho está bien o no, y además se sienten vacíos por dentro, ¿qué han hecho en su vida? ¿qué les queda de todos sus esfuerzos?

PÉRDIDA DE IDENTIDAD: además de ese malestar y de ese sufrimiento interno, como consecuencia de tanto querer adaptarse, la persona ya no sabe quien es, ni qué le gusta, ni qué desea, ni como esforzarse y cultivar lo propio. No se conoce y por tanto no se quiere.

*Además la pareja ya no ve a la persona que conoció y las cualidades de las que se enamoro. Y puede ser que sus esfuerzos para que el otro le quiera y por evitar perderle, consigan exactamente lo contrario de lo que se quería: que el otro se aleje y se confirmen todos sus miedos, también puede haber ocurrido que la pareja se haya acostumbrado a ser más directiva de lo que originariamente era.



Continuará...

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