No envenenes a los demás

"Esta costumbre que la mayoría de la gente ha tomado de
desahogarse con los demás cuando se sienten tristes o  desgraciados, revela una gran debilidad. ¡Cuántos de entre vosotros, a la menor preocupación, a la menor contrariedad, corren a casa de sus padres, sus amigos, sus vecinos, o bien cogen el teléfono para contar sus desgracias! Y he ahí que una veintena de personas se hallan inmediatamente envenenadas… ¿Os habéis preguntado alguna vez si los demás están aquí para recibir vuestras cargas? ¿Os habéis preguntado si son capaces de ello?… Si queréis verdaderamente evolucionar, abandonad este hábito y aprended a no sobrecargar a los demás.

Cuando tengáis preocupaciones, disgustos, buscad la manera de neutralizar estos estados. Preguntaros: «Veamos, ¿qué puedo hacer para ser más fuerte, más noble, comportarme como un verdadero hijo de Dios con quién el Cielo puede contar para su trabajo?» Si no queréis hacer esfuerzos, si queréis permanecer débiles, pues bien, ¡guardad vuestras viejas prácticas con las consecuencias que de ello se derivarán! Pero sabed que en una
Enseñanza Iniciática, se os indica el camino para que os
volváis fuertes, luminosos, y también capaces de ayudar a los demás. "

Omraam Mikhaël Aïvanhov

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