La Unicidad, sin competencias ni comparaciones

Soy un ser único, como también lo son todos los demás.

Todos somos uno en el Espíritu. Sin embargo, mi cara es una experiencia única y diferente de la cara de Dios. Tu y yo no tenemos por que ser iguales.

Aunque muchas personas vivan su vida según lo que piensen los demás, yo puedo elegir seguir a mi corazón y dejar que los demás piensen lo que quieran.

No soy ni demasiado ni demasiado poco y no tengo porque demostrar lo que soy ante nadie. Elijo amarme y cuidar de mi como la Expresión Divina y Magnifica de la Vida que soy. Ser Yo es una aventura estimulante. Sigo a mi estrella interior y brillo a mi manera, única y especial.

¡Amo la Vida!

Louise L. Hay de su Libro Meditaciones para sanar tu vida


Comentarios