Resentimiento: El Cáncer del Alma

El resentimiento es como tomar veneno, esperando que el otro salga dañado (Carrie Fisher). Esto es interesante, porque es la forma en que sin darnos cuenta que nos dañamos a nosotros mismos cargando este sentimiento negativo a veces por largos años, mantenemos la fantasía del daño al que nos ofendió; esto, al no poderlo dejar ir, terminamos envenenándonos la existencia a nosotros mismos.

Te cuento un cuento…

Un día iban caminando dos monjes por el bosque, un maestro y su discípulo, estos eran los clásicos monjes zen, el maestro caminaba tranquilo y el alumno, como siempre, estaba pendiente de las enseñanzas de su maestro, porque para el eran muy valiosas y como todos sabemos, estos monjes no dan enseñanzas en una forma tradicional, sino por medio de acertijos o preguntas que el alumno tiene que descifrar.

Este día, ambos iban en silencio, cuando al llegar al río encontraron una viejecita esperando a cruzar, pero debido a su edad era algo muy difícil para ella sola.

Los monjes hacían votos de castidad, por lo que tenían prohibido tocar a las mujeres. La viejecita les pidió que si podrían cruzarla del otro lado del río y el alumno pensó que eso era imposible, dado que no podían tocarla, pero se quedo callado dejando la respuesta en boca del maestro.

Para su asombro el maestro la tomo en brazos y la cargo al otro lado del río. El alumno sorprendido, en shock no sabia qué pensar de esto que había visto. “El maestro es falso” se decía…”tanto que esperaba yo de el y ahora me doy cuenta de que todo es una mentira”, etc. El alumno se sentía defraudado y hasta cierto punto resentido con su maestro por el engaño del que se había convencido; el que pensaba que su maestro era un sabio y ahora esto.

Como sus expectativas del maestro eran tan grandes, ahora se sentía defraudado, descorazonado, deprimido, no sabía que hacer ni como reaccionar; si salirse del monasterio, si decirles a todos que el maestro era un mentiroso, un fraude, etc.

Así pasaron días y el alumno seguía tratando de entender y de tomar una decisión al respecto y fue entonces que decidió que iría a decirle al maestro todo lo que se merecía, puesto que ya estaba bastante indignado y ofendido por la situación que había acontecido.

Llega este alumno con el maestro y lo encuentra en paz, meditando y le dice: “perdón maestro, pero no puedo esperar mas, tengo que hablar con usted ahora”, a lo que el maestro, tranquilo y con una mirada pacifica solamente le indica que se siente junto a el y se dispone a escucharlo.

El alumno le dice que esta tan confundido porque desde la ocasión del río, el ha pensado tanto en el asunto, ha tratado de entender el por que de su conducta, como fue que se atrevió a romper las reglas del monasterio, que si esta desilusionado, etc., etc.

El tono del alumno era muy desesperado, se veía su confusión y también que este suceso lo había sacado de quicio. El maestro lo escucho atentamente y cuando hubo terminado de exponer el asunto simplemente le dijo: “cierto, yo pasé a esa viejecita al otro lado del río, pero tu todavía la sigues cargando”.

Las expectativas en otra persona, si estas no se satisfacen, nos llevan a la desilusión, a la ira y al resentimiento; damos vueltas y vueltas al daño que recibimos, real o imaginario, y esto nos daña en corto y a la larga, es como si un cáncer emocional surgiera dentro de nosotros.

El remedio es el amor…pero, ¿¿¿cómo amar al que te hizo daño???; pues no me refiero a ese amor, sino al amor a mi misma. Si me amo no me permitiré dañarme aun mas de lo que esa otra persona lo hizo ya. Me cuido, lo dejo ir, sano mis emociones y mi alma y no me permito enfermarme por algo que esta en el pasado. Es importante aprender a ser amorosa conmigo misma. Si algo me daña, dejarlo ir.

Una vez, una colega me dijo, “tal vez esa persona no se merece que la perdones, pero tu si te lo mereces” , esa frase me pareció maravillosa y te la comparto para que reflexiones sobre ella.

Si en la lista de eventos de tu vida que has estado realizando en estas últimos días te has encontrado, además de patrones de conducta, resentimiento, rencor, dificultad para dejar ir una situación, recuerda la historia de los monjes y no sigas cargándolo más. Haz el propósito de dejarlo atrás de una vez por todas y asumir tu parte respecto a la expectativa que desarrollaste, tenga o no responsabilidad el otro; lo dejes atrás y te liberes de esta carga tan pesada y negativa para ti mismo. Tu alma sanará después de liberarte.

“La capacidad de percibir o pensar de manera diferente es más importante que el conocimiento adquirido”.

David Bohm


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